El público aguardaba expectante la reaparición del Asombroso Flasman. El mago salió a la pista central acarreando una nevera vacía. “Abracadabra” –gritó– y siete sapos, tantos como años habían transcurrido desde su última actuación, saltaron al exterior. Sólo un espectador lo vio llorar.
El ilusionista giró el frigorífico y tras pronunciar nuevamente las palabras mágicas, tres mariposas negras, tantas como veces su amada le implorase que no practicara su magia sobre ella, salieron revolteando de su interior.
CONSTRICCIONES INICIALES:
1. La acción ha de transcurrir en un circo o en un sótano.
2. Uno de los personajes ha de ser un ratón, un bombero o una nevera.