Se ovilla sobre las
baldosas frías y comienza a temblar. Afuera, la lluvia de balas arrecia. Sabe
que es cuestión de tiempo que los asaltantes consigan entrar. Los chillidos de
los niños duelen, le recuerdan que una vez juró protegerlos, pero descubre que
también puede soportar ese sufrimiento. “Al fin
—se dice, mientras estira las piernas—, tantos años de adiestramiento no
han sido en vano”. Sonríe y repta hacia la puerta como una serpiente.
CONSTRICCIONES INICIALES:
Frase de inicio: "Se ovilla sobre las baldosas frías y comienza a temblar"
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada