Cuando te cité en mi despacho
para comunicarte que la empresa había decidido prescindir de tus servicios,
acerado, hice lo que debía. Recogiste tus pertenencias y te acompañé hasta la
puerta.
Cuando después llegué a casa
azorado, hiciste lo que debías. Recogí tus lágrimas y me acompañaste hasta la
puerta.
Constricciones iniciales:
Extensión: 50 palabras.
Menciones:
Este relato ha sido seleccionado como finalista del mes de noviembre de http://www.cincuentapalabras.com/
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