dijous, 18 de setembre del 2014

TERAPIA NATURAL

Aquella noche el silbato que el señor Virus había dejado en sus pulmones apenas se dejó escuchar.

Aquella noche no hubo temblores, ni aquel frío que la quemaba por dentro.

Aquella noche no tuvo sueños negros y ninguna arruga cuarteó su frentecita.


Aquella noche mami dejó que durmiera con ella.


Constricción incial: 50 palabras.

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