El despido le transformó.
Primero, mientras escuchaba las gélidas
explicaciones del gerente, se formó un caparazón que le endureció.
Después brotaron de su cabeza unas
antenas que le permitieron percibir la realidad de forma más nítida y lo importante
que podía llegar a ser el dinero. Al cabo de unos meses, tras acabársele el
paro y empezar a revolver contenedores, sus manos se convirtieron en unas
enormes pinzas.
Luego todo fue ir hacia atrás, hasta el
día que perdió la casa. Entonces marchó a la playa y se enterró en la arena
para dormir. La metamorfosis se había completado definitivamente.
Constricciones iniciales.
Extensión: 100 palabras.
Menciones especiales.
Relato ganador trimestral (abril-junio 2016) del concurso del programa Wonderland de RN4.